Por Cristina Alcayaga
La semana pasada los legisladores de la Cámara de Diputados, aprobaron por 326 votos a favor y 27 en contra, las reformas a la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, para regular las Consultas Populares y establecer la Revocación del Mandato. Me voy a referir a esta última, la cual implica que se pueda retirar de su cargo al Presidente de la República en turno, por causas consideradas graves a juicio de la población o de sus representantes. Esto pareciera correcto, si no fuera porque ha sido planteado de tal forma que parece actuar en contra de un espíritu democrático, en opinión de legisladores de oposición y expertos electorales.
El aspecto más controvertido de la iniciativa aprobada por los diputados consiste en que la Consulta para la Revocación puede ser solicitada por el Presidente de la República en turno, sin embargo, la lógica democrática dicta que la revocación debe de ser solicitada únicamente por la ciudadanía. Si el presidente la promueve solo para que le digan que va bien y que lo aprueben, se puede interpretar como si fuese una campaña electoral, ya que aparecerá en la boleta electoral.
Otro aspecto de conflicto radica en que la iniciativa dispone, que la consulta para la Revocación del Mandato se celebre el mismo día de las elecciones del 2021, en la que habrá elección de diputados, porque se renueva la Cámara en sus 500 posiciones; 300 uninominales y 200 de representación proporcional o pluris. Los partidos de oposición aseguran que esto distorsionará totalmente la jornada electoral porque al votar a favor o en contra del presidente para que repita, que sí aceptan que están de acuerdo con su mandato; todas las demás candidaturas se verán influenciadas por las votaciones para la Revocación y en su caso ese proceso habrá servido de campaña electoral para los candidatos del partido gobernante, por que lo estará impulsando la propia Revocación.
Por ello legisladores de oposición y otras voces, son explícitas en pedir que no sea el Presidente quien solicite la revocación de mandato y que la consulta no se haga el mismo día de las elecciones de mediados de sexenio; plantean que se realice cuando cumpla los 3 años en el gobierno que no coinciden, si no, serían 6 meses después.
Es necesario que se debata objetivamente este tema. Ya que no se trata de este gobierno sino de cualquier otro, dentro de los próximos años, que pudiera utilizar la Revocación de Mandato de manera equivocada. Tocará ahora al Senado discutir y votar esta iniciativa, que ojalá quede como instrumento democrático y no como herramienta electoral. Veremos que se decide.
Me despido de ustedes y los invito a seguirme en Twitter, @Cristinalcayaga
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