El pasado fin de semana HBO emitió el cuarto capítulo de la octava y última temporada de Game of Thrones con el episodio titulado “The Last of the Starks”, que presento varios de los momentos más importantes de la historia del programa incluyendo la perdida de dos personajes fundamentales y el cierre de algunas tramas.
El episodio arranca con la despedida de todos aquellos que cayeron en la batalla de Winterfell, la gran guerra entre vivos y muertos, dejo múltiples consecuencias, sin embargo Daenerys Targaryen demostró que no tiene tiempo de lamentarse o tener las consideraciones que tenía antes ya que de inmediato exige que las fuerzas del norte cumplan la promesa de Jon Snow y la acompañen a seguir su búsqueda por obtener el trono de hierro.
Otro aspecto interesante es que el verdadero origen de Jon Snow, pone en duda no solo su relación romántica con la madre de dragones, sino que sus más allegados le insisten que no puede dejarse cegar por sus sentimientos hacia ella y luchar por su derecho al trono, obligado a revelar todo a sus “hermanas” Sansa y Ayra en una reunión donde solo estaban los denominados últimos miembros de la casa Stark.
Pasando este punto Sansa le cuenta fuera de pantalla a Tyrion el secreto y este acudiría a Varys por consejo, quien expresa que esto puede ser una oportunidad ya que sospecha que la joven reina está perdiendo la razón como su padre antes que ella, lejos de ser la heroína compasiva que salve a los inocentes de Westeros ahora solo se concentra en obtener su destino y tener el trono, aunque Tyrion aboga por ella e insiste que tal vez lo mejor es que Daenerys y Jon se casen y gobiernen juntos.
Todo es abruptamente interrumpido cuando un ataque sorpresa dirigido por Euron Greyjoy logra un golpe letal ya que cobra la vida del dragón Rhaegar, hunde algunos de los barcos de Daenerys y además secuestra a Missandei quien es llevada ante Cersei.
Finalmente en un intento de evitar la inminente guerra entre las dos reinas, que muy posiblemente cobre la vida de muchos inocentes en Westeros, Tryon fracasa en su intento de negociar con su hermana, ofreciéndole su vida a cambio de que ceda al trono y libere sana y salva a Missandei, sin embargo Cersei demuestra lo despiadada que es no solo rechazando la oferta e intentar imponer sus términos sino que demostró que no tenía intenciones de negociar al ordenar la ejecución inmediata de Missandei quien fallece decapitada después de pronunciar sus últimas palabras dirigida a su amiga y reina “Dracarys” que significa fuego de dragón en alto valyrio y cuya frase siempre ha sido empleado como señal de ataque para los dragones de la rompedora de cadenas.
Los últimos eventos han llevado a Daenerys al límite aunque se ha instruido para ser la gran heroína de la historia lo cierto es que todo la está llevando al borde de la locura, con sus fuerzas diezmadas, la perdida de dos de sus dragones, de sus fieles amigos Jorah y Missandei, asi como el dolor en su corazón por presentir que su amado es quien le puede quitar su destino de ser la reina de los siete reinos, todo parece llevarla por un sendero oscuro, motivada por el dolor y la venganza haciendo su guerra con Cersei aún más peligrosa de lo que se previó originalmente.
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