Por Hugo Martoccia
El arranque de las campañas electorales para la elección local del próximo 2 de junio, donde se renovará el Congreso del estado, ha dejado claro a los candidatos que la inseguridad es la preocupación omnipresente en la mayoría de los distritos, y que quizá sea el tema que defina lo que pasará con el voto de los ciudadanos.
El tema tiene, de una u otra forma, impacto en todo el estado, aunque la magnitud del problema es diferente, y así también su incidencia.
No es lo mismo el impacto de la inseguridad en Cozumel y la zona maya, por ejemplo, con el sur de la entidad. Y, por supuesto, no hay comparación con lo que sucede en el norte, que concentra la mayor cantidad de distritos electorales, donde la queja es más importante.
En la propia alianza oficialista ya constataron esa situación mediante una encuesta. Si bien los números totales no trascendieron, lo que sí es claro es que dejó a todos preocupados. Y lo que más preocupa es que parece que, al menos hasta el momento, el enojo ciudadano no llega hasta MORENA.
Si bien la mayoría de los candidatos de los partidos opositores dicen que en las calles es palpable el enojo contra las alcaldesas de Benito Juárez, Mara Lezama, y de Solidaridad, Laura Beristain, ambas de MORENA, eso no se ha trasladado, al menos de manera mensurable, al electorado.
Hay incluso un dato curioso en la encuesta del gobierno. Se detectó que en los distritos 7 y 8 de Cancún a los candidatos de Juntos Haremos Historia por Quintana Roo los conoce muy poca gente. Y aún así están arriba en las encuestas.
En el oficialismo estatal la estrategia es bastante clara: intentar quitar lo más posible a la inseguridad como el eje de la campaña, y, si eso no se puede, hacer que esa responsabilidad sea compartida por los tres niveles de gobierno.
Hay datos concretos que deberían ayudar a ese objetivo. El primer trimestre de 2019 ha sido el más violento de la historia de México. En el caso de Quintana Roo, a inicios de la actual administración federal, se sacaron de aquí el 75 por ciento de las fuerzas federales.
Pero aún así, parece que la expectativa favorable de la sociedad al gobierno de Andrés Manuel López Obrador no baja. Hasta el momento, no hay señales de que la sociedad le cobre a la “Cuarta Transformación” la creciente inseguridad.
Si esto sigue así, va a ser muy difícil frenar el tsunami electoral de MORENA, que parece que el próximo 2 de junio quiere tomar un nuevo impulso.
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